domingo, 11 de noviembre de 2012

Patrones interpersonales problemáticos en familias en proceso de divorcio

   
  
   Se aborda en esta entrada una forma de evaluar las interacciones triádicas (padres e hijo) en familias que atraviesan por un proceso de divorcio. Se basa en una perspectiva relacional y por ahora se limita a describir y clasificar las pautas de interacción comunes en casos de separación conyugal. Se dejará para posteriores entregas las propuestas de intervención terapéutica.

Beyebach subraya que en familias en proceso de ruptura conyugal destaca la posición relacional que el menor ocupa en la relación entre los padres como un factor importante en el impacto emocional de los miembros del sistema, en particular de los hijos.

El siguiente es un cuadro que resume los diferentes tipos de patrones interpersonales problemáticos comunes en familias en proceso de divorcio así como el impacto emocional que tiene en los hijos.


TIPO

DESCRIPCIÓN

EFECTOS




El niño escindido


El adulto, dolido, por la separación, ha decidido actuar como si su ex cónyuge no existiera y ha trasmitido esta exigencia a su hijo. El menor, entonces no ha recibido el “permiso psicológico” de un progenitor para relacionarse libremente y querer al otro.


El niño no se siente aceptado en su totalidad  lo que mina su autoestima y su seguridad personal.





El niño mensajero


Los progenitores recurren al hijo para comunicarse entre ellos. Estos encargos son formas desafortunadas de eludir la necesaria comunicación entre los padres y de implicar al hijo en el conflicto post-divorcio.

Tiende a generar gran ansiedad, especialmente si hay contenido emocional y crítica.
Manipula a los padres modificando u omitiendo ciertos mensajes.
Exceso de poder al menor.








El niño espía


Uno o ambos padres se valen del menor para averiguar detalles de la vida de su expareja, a menudo incluso sobre detalles íntimos. El niño se ve colocado en un conflicto de lealtades, especialmente cuando percibe que quien le sonsaca puede utilizar la información en contra del otro. El niño trata de escapar con evasivas o mutismo. Aumenta la incertidumbre de quien pregunta y genera interrogatorios más intensos o más “disimulados.
 







Genera ansiedad, mutismo, desconfianza de los adultos.



El niño colchón

El niño asume la responsabilidad de tratar de minimizar el conflicto entre sus padres: si, por ejemplo, el padre critica a la madre por algún descuido de ésta, tratará de defenderla “sin que se note” asumiendo él la culpa . El niño emocionalmente se lleva todos los golpes.



Produce en el niño hipervigilancia, ansiedad e irritabilidad, somatizaciones.





El niño edredón


El niño parentalizado que trata de proteger, consolar, reconfortar… al progenitor que percibe como más débil (y que utiliza el rol de victima para atraer al hijo). En algunos casos, el niño hace el papel del otro progenitor asumiendo tareas domésticas inapropiadas para su edad.


Nivel de responsabilidad excesivo para su nivel de desarrollo. Produce hiperresponsabilidad, obsesividad, ansiedad y sentimientos de culpa y frustración cuando no está a la altura que se espera de él.




El bate de beisbol


Sus padres lo utilizan como arma para agredir al ex cónyuge. El menor sale perjudicado no solo a nivel práctico, sin no que aprende que sus necesidades son relegadas en virtud de la pelea entre adultos.


Produce baja autoestima y pobre autoconfianza del niño al recibir constantemente el mensaje de “tú no importas”






El niño invisible


El menor es ignorado por uno de los progenitores, generalmente el no custodio, que lo abandona a consecuencia del desapego o irresponsabilidad o como resultado del alejamiento al que le somete el padre custodio. En el peor de los casos un progenitor castiga a su ex pareja ignorando o despreciando al hijo (comúnmente el aliado del custodio)







Síntomas afectivos, baja autoestima y autoconfianza.


El subversivo subvencionado


Uno de los progenitores alienta y promueve la indisciplina, desobediencia e incluso agresividad del menor hacia el otro. Por ejemplo, la madre puede ver su autoridad parental cuestionada por un hijo que controla y anima el padre.


Hijos descontrolados, agresivos, desafiantes e incluso antisociales.







El niño alienado


Uno de los padres (por lo general el custodio) maniobra de forma activa para distanciar al menor del otro progenitor, indisponerle contra él y conseguir que se rompa el vínculo mediante maniobras sutiles para transmitir una imagen negativa del otro, sembrar dudas sobre su afecto, interferir en la relación y descalificarlo. El resultado: rechazo y negarse a estar con el no custodio.
Síndrome de Alienación Parental






Conductas de rechazo y descalificación al cónyuge no custodio.
Culpabilzación posterior.


Fuente: Beyebach, Mark, La repercusión sobre el menor de los procesos de ruptura matrimonial: aspectos emocionales y relacionales. Universidad Pontificia de Salamanca, 2009


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